Piso amueblado - 110m² - 2 dormitorios - Opéra - París

Unas enormes puertas en la calle conducen a un patio abierto y a cuatro bloques, A-D, uno en cada esquina. La zona es una importante obra en construcción, con nuevos edificios adyacentes y algunos andamios en el propio patio. Entre semana y los sábados, las obras empiezan un poco antes de las ocho y duran hasta las seis. No estaba mal, salvo cuando funcionaban los taladros neumáticos, que era sólo una parte del tiempo. Había ascensor y la cabina era moderna y eficiente y cabían cuatro personas, sin equipaje. El apartamento, alquilado para un máximo de cinco personas, tenía una generosa cantidad de metros cuadrados, pero la distribución y el estilo eran "franceses", con énfasis en un vestíbulo de entrada anticuado pero bastante grandioso, una sala de estar de techos altos y un comedor interconectado, mientras que las demás habitaciones eran adecuadas pero modestas, excepto el cuarto de baño y el aseo separado, que eran pequeños, tenían una forma extraña y daban la impresión de ser una ocurrencia tardía. Las habitaciones menores daban a un pasillo muy estrecho, tanto que en el cuarto de baño y el aseo no cabían puertas normales y se cerraban, de forma bastante endeble, con puertas plegables. No tuvimos el mejor comienzo, lo que ha empañado un poco nuestra opinión. A pesar de la información completa de la visita sobre nuestros detalles de llegada no había nadie para recibirnos y después de vagar por el sitio durante varios minutos localizamos el conserje que se puso en contacto con el propietario que no estaba en París, pero autorizó que nos dejaran entrar en la propiedad. Esperamos dentro unos quince minutos antes de poder enviar un mensaje al agente, que ya estaba esperando en la entrada de la calle y no estaba nada contento de que ya estuviéramos dentro. El apartamento estaba recién pintado, pero lo cerraron mientras París disfrutaba de una ola de calor, así que el olor a pintura era bastante fuerte. Era tolerable con todas las ventanas abiertas, pero seguía siendo muy obvio hasta nuestra salida una semana más tarde. El agente nos dijo que había un problema con la televisión e internet causado por algo relacionado con la construcción que interfería con las conexiones en el tejado, pero que se restablecería esa noche o a la mañana siguiente. Siete personas diferentes nos visitaron sin poder determinar el fallo y la octava nos visitó en nuestro cuarto día allí, con una franja horaria entre las 13:00 y las 18:00, para la que nos negamos a estar disponibles e insistimos en que acudiera el agente. La visita número ocho fue a las 16:30 de ese día y nos reunimos con él cuando volvimos sobre las 17:15. La avería se debía a que el pintor había cortado la conexión con el router. El agente era difícil de localizar y no devolvía las llamadas. Su excusa de que estaba ocupado era inaceptable. La preparación del apartamento para recibir a los huéspedes no era especialmente acogedora. Aunque no había ninguna obligación contractual de proporcionar un paquete de bienvenida, siempre han sido una característica de los lugares que hemos utilizado. Unas bolsitas de té, café y azúcar, un poco de leche, detergente líquido, una esponja de cocina sin usar y uno o dos rollos de papel higiénico marcan la diferencia. La vajilla y la cubertería parecían sacadas de un mercadillo local y la ropa de cama y las toallas eran una vasta colección de artículos desparejados. Una funda de almohada tenía una rotura de tres pulgadas en la cara, pero estaba recién lavada y planchada en ese estado y las toallas estaban limpias pero muy ásperas. Necesitaban suavizante de ropa para prepararlas para el uso general de alquiler. Nos quedamos con la impresión de que todo lo bueno había sido guardado bajo llave. Había muchos puntos buenos. La ubicación era estupenda. Opéra estaba a menos de diez minutos a pie, el metro a sólo tres minutos y había una parada de autobús en la puerta. Había un pequeño supermercado Monop a 100 metros y frente a la puerta de entrada un nuevo supermercado estaba casi listo para abrir. Estaba siendo abastecido durante nuestra semana allí. El apartamento estaba limpio y las camas eran cómodas. El agua caliente era abundante. Era un poco ruidoso a primera hora de la mañana con el intenso trabajo de construcción alrededor, pero estuvimos fuera la mayor parte del día y las noches eran maravillosamente tranquilas.

Muebles muy descoloridos, cortinas muy sucias . París es tan fascinante y agradable como siempre.

Fue una experiencia maravillosa, sentí como si tuviera un hogar al que volver al final de cada día.